Hotel The Royal Livingstone: la magia del África colonial/The Royal Livingstone Hotel: the magic of colonial Africa

Este verano he estado en un hotel lleno de magia donde las cebras se pasean junto a la piscina y los monos te roban los azucarillos de la merienda en la terraza. Un oasis escondido al que sólo se accede cuando un hombre muy simpático te recibe con una llamativa falda, te acompaña a través de unas elegantes, enormes y macizas puertas de madera negra casi siempre abiertas y te conduce a lo que parece el salón principal de una gran mansión. Allí huele a madera, hay ventiladores en el techo, por la tarde se toma el High Tea en tazas de porcelana con el sonido de las notas de un antiguo piano de fondo y por la noche se encienden la chimenea y unas delicadas velitas. En la terraza contigua, llaman la atención las mecedoras de madera y un gramófono. Un poco más allá es parada obligada el bar colonial.

En este paraíso se desayuna con vistas y al aire libre, la gente se reúne junto al río para esperar la caída del sol y hay acuarelas que hacen soñar.Un sitio tan british como surrealista que bien pudiera haber formado parte de la trama de Alicia en el País de las Maravillas si ésta hubiera pasado por África. Tampoco me hubiera extrañado toparme con exploradores por allí, de esos que siempre volvían a casa de la Baronesa Blixen tras los días de safari, porque allí se sentían como en casa. En cuanto a las habitaciones, parecen las de un exótico cottage: un pequeño recibidor con paragüero y todo, un elegante baño, un amplio y acogedor dormitorio con una mosquitera muy cuca y una terracita hacen las delicias de los amantes de lo único en este exclusivo refugio en Zambia, junto a las Cataratas Victoria.

¿Qué os parece The Royal Livingstone entonces? ¿No es un hotel de ensueño? ¡Muy buen comienzo de semana!

Datos prácticos

Os dejo la web del hotel aquí.

Y os cuento que nosotros reservamos este alojamiento a través de la agencia Aventura Sudáfrica, con la que por cierto quedamos muy contentos.